Con sus 72 años “La Pomeña” al aire sigue dando su ternura
Crédito: Pablo Aharonian |
Por Silvia Guzmán Coraita
Después de una
larga travesía desde San Antonio de los Cobres por la ruta 40, surcando un
camino de cornisa, por donde se atraviesa una reserva natural de vicuñas, con
un paisaje paradisíaco, cerros, lagunas,
zorros, llamas, cabras y cóndores como únicos seres vivientes alrededor, llegué
al mediodía a la Poma: Un pueblo gentil, de 1794 habitantes según el censo de
2010, lo que lo convierte en el menos poblado de los departamentos salteños, de
casas bajas de adobe, gente amable y hospitalaria. Luego de dar vueltas a la
plaza con el auto, decidí bajar y comer en una hostería. Al entrar al lugar,
pensando en comer unas empanadas y continuar rumbo a Cachi, me recibe el dueño
del lugar con un cálido “Bienvenida a la Poma” y los brazos abiertos. Me senté.
Y de memoria, el dueño me recitó el menú del día: terminé comiendo trucha al
limón. El restaurante de la hostería tenía aspecto de bodegón con paredes de ladrillo a la vista de donde colgaban un mapa de la Poma y
recortes enmarcados de antiguas entrevistas a “la pomeña”. Cuando pedí la
cuenta le comenté al dueño que era una pena estar acá, cuando ella ya no está,(
debido a una información errónea) señalando a Eulogia Tapia, “la pomeña”. Con
los ojos bien abiertos y sorprendidos, me dice “todavía vive”; y me indica que
su casa queda en las afueras del pueblo, al otro lado río, en el medio del
campo, rodeada de álamos y sauces. Pago, nos despedimos y me dirijo al
encuentro de la gran coplera vallista.
Eulogia Tapia, más
conocida como “la Pomeña”, gracias a la zamba que lleva ese nombre compuesta en
su honor por los poetas salteños, Gustavo “Cuchi” Leguizamón y Manuel José
Castilla y que fue interpretada por reconocidos cantores como: Hernán Figueroa
Reyes, el Dúo Salteño y que popularizó a nivel mundial Mercedes Sosa. La
destacada coplera y poeta de 72 años, oriunda de El Saladillo (a 3746 msnm), vive de pastorear
sus cabras en las afuera de la Poma, como lo hizo toda su vida.
Antes en el pueblo
nuevo no había nada, cuenta Eulogia, apenas algunas casas. Hoy creció
muchísimo, y el pueblo viejo, luego del terremoto (un sismo de 6.4
Richter, que acabó con el viejo pueblo
de La Poma, el cual debió mudarse algunos cientos de metros hacia el sur en
1930), quedó prácticamente vacío. Nosotros alquilamos ésta casa y arrendamos la
tierra.
“Para la época de
carnaval a las 10 de la mañana se abrían las carpas hasta las seis de la tarde.
Luego los que querían continuar, se iban para arriba, a las costas, a alguna
casa que invitaba. Se hacían asados, comilona y ahí se estaba hasta el amanecer. Al otro día se
trabajaba por mas amanecido que se
esté; a sacar leche a las cabras, a cocinar,
cortar el maíz, nada de dormir. Eso si Todos eran mayores, iban con sus
libretas” recalca la coplera.
P-¿Cómo es la vida
en el campo?
R- Es muy dura,
linda pero dura.
P-¿Cómo está
conformada su familia Eulogia?
R-Bueno mi marido
Avilio, hace 45 años que estamos juntos y tenemos dos hijas. Una es
Instrumentista, aunque no consigue trabajo y la otra fue policía federal y
ahora estudia computación.
P- ¿Cuénteme del
encuentro con “Cuchi” Leguizamón y Castilla?
R-Fue hace 50 años.
Ellos estaban en la carpa cantando y tocando la guitarra, eran unos hombres
grandes como de 40 años. Y ahí pasamos todo el día cantando y bailando. A la
tarde salimos por la plaza. Éramos
varios cantores, luego algunos fueron desistiendo y me dejaron sola con la caja
en la mano para acompañarme. Empezamos a contrapuntear con el “Cuchi” y
Castilla. Uno se quedó callado( Gustavo Leguizamón), quedamos dos nomás, en un
momento me di cuenta que venía lerdeando (Castilla) y me apuré lo acorralé. Le
gané y me retiré.
P-¿Y cómo siguió la
historia o terminó todo ahí?
No. Ahí mi primo,
que fue quien puso la carpa, vio que yo había ganado y les dijo “que donación
le van a dejar a mi prima”. Ellos me preguntaron cómo me llamaba, Eulogia Tapia
les respondí. Y bueno me dicen, te vamos a dedicar un tango o un vals. Les
contesté de esa música no entiendo, solo me gusta el folclore. “Te vamos a
hacer una zamba entonces” me dijeron. Y ahí quedo todo.
P-¿Y usted vuelve
para su casa?
R-Si, me vuelvo con
mi hermana para arriba, porque vivía en Saladillo (que queda a 10 km de la
Poma). Al otro día fuimos al corral a ordeñar la leche de las chivas, pensando
que estaban ahí, pero éstas no habían vuelto. Porque nosotras estábamos
pastoreando cuando nos avisaron que había empezado la carpa, entonces nos
fuimos directo con mi hermana y dejamos
las chivas y ovejas solas, porque ellas saben volver para la casa. Pero ese día no volvieron. Y
bueno tuvimos que avisarles a la mamá y al papá que faltaban los animales.
Entonces la mamá enojada me dice: “Bueno ahora vos negra, porque así me decían
de chica, te vas a ir a cortar el trigo y la alfalfa, que estaban entreveradas,
con tu papá”, y le dijo a mi hermana, “vos te vas a cocinar”. “A las 12 vuelven,
comen y recién se van a ir a buscar a los animales”.
P-¿Y ahí se día el
encuentro?
R-Claro. En eso que
estaba con mi papá cortando como a las 11 de la mañana. Vemos que llegan dos
hombres, eran el “Cuchi” y Castilla. Yo le digo a mi papa, esos son las gauchos
con los que estuve cantando anoche. Bueno llegan lo saludan a mi papá y le
dicen: “Su hija es una excelente cantora, anoche nos ganó copleando” y mi papá
les responde “por buena cantora a perdido las cabras”, por eso en la zamba
dice: “porque te roban Eulogia pal carnaval”. Yo me digo como la han hecho tan
bien a la letra. Después le preguntaron a a mi papá, que es ese árbol tan alto
que está cerca de su casa, porque ellos no llegaron hasta la casa, miraban
desde el potrero, “sauce” le contestá mi padre , y que hay debajo del sauce,
continuaron, ahí tengo agua para llevar a la casa les dijo, por eso también en
la canción dice “ el sauce de tu casa está llorando”. Y el trigo estaba
entreverado con la alfalfa, y ésta cuando florece hace una flor morada y cuando
yo estaba cortando me daba por la cintura y por eso dice “ el trigo que madura
por tu cintura”, por eso siempre pienso lo bien que han escrito la letra, todo
fue tal cual.
P-¿Se volvieron a
ver en otra oportunidad?
R-No, nunca más.
Ese día nos despedimos y cada uno siguió su camino.
P-¿Cómo se entera
de la zamba?
R-Pasaron dos años.
Mi mamá tenía una radio, que le regaló su hermano, que vivía en Salta capital.
Me acuerdo que nosotros siempre decíamos “¿que escuchas mamá, que es ese hombre
metido en ese aparato?, y ella nos respondía: “se llama radio”. Y una noche mi
mamá me comenta: “Eulogia te han hecho una zamba y ahí dicen el día que has
perdido las chivas”, me lo dijo enojándose de nuevo. Y yo le decía mentira no
debe ser. Pero una noche estaba en mi cama y escuche la canción.
P-¿Qué sintió
cuando la escuchó?
R-Me sentí
contenta, me alegró que me quede ese recuerdo del carnaval. Y nunca me imaginé
que iba a ser conocida mundialmente. Y que la Poma se iba a convertir en
sinónimo de Eulogia Tapia, al menos eso siempre me dicen.
P-¿Alguna vez pensó
en dejar la Poma?
R-No. Me casé, tuve
mis hijas y aquí decidí quedarme.
P-¿La invitan a
festivales?
R-Si, el último fue
en la Ciénaga, en Santa Fe, Córdoba, también fui muchas veces a Cachi. Y en
estos días voy a coplear en el festival de La trucha, acá en la Poma. Siempre
que me invitan y estoy sana con gusto voy.
P-¿Cómo anda de
salud ahora?
R- Estuve enferma,
me operaron de la matriz, pero ahora ya estoy bien.
P-¿Le gustaría
cantar en Buenos Aires?
R-No, nunca iría.
Hay mucho robo. Es una ciudad muy triste. Prefiero quedarme en el campo, no
molesto a nadie y nadie me molesta a mí; salvo cuando vienen de los medios e
invaden mi lugar.
Autora de la nota: Silvia Guzmán Coraita.
Fuente: www.silguzmancoraita.wordpress.com
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