Mariana Baraj: “Las mujeres de los valles son mi inspiración”
Mariana Baraj: “Las mujeres de los valles son mi inspiración”
Por Sil Guzmán Coraita
Mariana Baraj, cantante y percusionista
Las mujeres de los valles son la inspiración de Mariana Paula Baraj nacida en Buenos Aires en el 70. Multiinstrumentista: percusionista, charanguista, pianista y compositora. Desde pequeña escuchaba jazz en su casa. Es de ascendencia judía-rusa y rumana. Conversó en Septiembre con Argentina Canta Así, la historia del canto argentino.
La obra musical de Mariana Baraj, que vive en el Carril, está en todas las plataformas. En el mes de Noviembre va a estar tocando, en Salta con un colectivo de artistas, con los que ya tocó el año pasado en Corea del Sur.
A las 8:30 en punto Mariana atendió la llamada del programa de Argentina Canta Así, la historia del canto argentino, con lo que significa estar despierta tan temprano un sábado por la mañana.
Gonzalo: Mariana Baraj, buenos días, que alegría poder recibirte.
Mariana: Buen día, Gonzalo.
G: Cuánta energía hay en esta chacarera que estamos eschuchando (de fondo suena "Chacarera santiagueña").
De ésta manera se iniciaba la entrevista a Mariana Baraj, lo que sería un viaje por un mundo diferente del folclore, lleno de sonidos, de ritmos y acompañado de una hermosa voz que trasporta a los más profundo de los Valles Calchaquíes.
Gonzalo: ¿Cómo llega la música a tu vida?
Mariana: Vengo de una familia de músicos. Mi papá es saxofonista, Bernardo Baraj y mi hermano, Marcelo toca la batería. La música está desde siempre conmigo. Nací y crecí en una familia muy musical. Todos mis recuerdos de la niñez están ligados a la música. Acompañaba a mi padre a sus shows, en diferentes lugares. Siempre acompañada de mi mamá y de mí hermano. Hubo un espíritu nómade dentro de la familia. Y ésta manera de andar es la que siempre nos mantuvo unidos.
G: ¿En qué momento se hace presente el folclore en tu carrera?
M: Un poco por mi abuela Paulina, mamá de mi mamá. Ella es de Santiago del Estero. Creo que un poco de eso es lo que despertó en mí la inquietud del folclore. En mi casa también se escuchaba mucho folclore. Las canciones del Cuchi Leguizamón me llegaron por mi papá, por versiones que el hacía. Y cuando uno va creciendo, busca un camino personal, y empieza a aceptar un gusto propio.
G: En esa búsqueda del gusto propio y de un repertorio, encontramos una obra como la de “Mujer vallista”. ¿Cómo nace esa obra?
M: Ese tema forma parte del disco que se llama “Vallista”. Es mi séptimo disco como solista. En ese disco todas las canciones, las compuse y la produje, yo. Es un trabajo que está en un formato muy particular para mí, como vengo acompañando hace muchos años a músicos, en vallista estoy tocando sola. “Vallista” es un homenaje a todas las mujeres de los valles. Una tarde estaba sentada en la plaza de Cerrillos y fue ahí donde salió toda esta inspiración. Ahí estaba ésta música y la mujer vallista. Todas las mujeres que a mí me inspiran mucho. Y por eso, le puse al disco entero “Vallista”.
G: Sacaste en 2017 un disco dedicado a los chicos, “Churo”.
M: Si. "Churo" es un disco que tiene varias particularidades. Es el segundo disco que hago para chicos. El primero se llamó “Florcita de amancay”, es un disco que no se comercializo, se repartió en las escuelas. Fue realizado con la gente de la Fundación Península Raulí de San Martin de los Andes y con la gente del Parque Nacional Nahuel Huapí de Bariloche. Ellos tenían un varias canciones que venían cantando los chicos en las escuelas con temática de preservación de flora y fauna de la Patagonia. Entonces, me llamaron para que produzca el disco, haga algunos arreglos y luego las grabe. Fue un trabajo hermoso que luego aunque no se presentó en ningún lado. Con el tiempo, junto Mauro Rodríguez, mi marido y productor tomamos este nuevo desafió que fue hacer “Churo”. Con composiciones de los dos, más algunos invitados que son los chicos de las orquesta del Bicentenario Cuchi Leguizamón ,dirigida por Martin Bonilla y un grupo de niños dirigido por Juan Cruz Torres, hijo de Jaime, que vive en Humahuaca y hace unos trabajos maravillosos con los chicos de la quebrada. Para mí fue muy lindo invitarlos y poder compartir e interactuar con ellos y de alguna manera generar esta situación artística.
G: Fue un material recibido muy bien por la crítica y Premio Gardel.
M: Si, sí. Ese disco, primero, quedó nominado en una terna con Piñón Fijo y con Topa. Fue un honor. Siento que no es un rubro al que me dedico habitualmente pero me gusta mucho y es un gran desafío. Me corre del lugar habitual.
G: Es importante que los artistas piensen en los chicos para hacer trabajos, y que los acerquen a la música, preparando sus oído, quizá es un disco como los que han producido María Elena Walsh.
M: Claro. El disco tiene una temática. Hay muchas canciones que están compuestas para personajes propios del norte. La idea fue dejar un mensaje positivo seguir generando lo buenos valores y también la idea de hermandad. Hay un canción escrita para Frida (Kahlo), Violeta (Parra), Mercedes (Sosa). También, pensar en algo que ahora está en movimiento: las mujeres.
G: Compusiste una canción que habla del Quirquincho de lata, escultura, conocida por los salteños, que está en la entrada de Vaqueros.
M: Exactamente, escultura realizada por Leo Cabral. Como hace más de 8 años que vivo en Salta, me encontré con esta escultura increíble. Me parecía que era importante que este quirquincho tenga una canción
G: En tu extensa trayectoria, te diste el gusto de hacer una interpretación de “Tonada del viejo amor”.
M: Esa versión la grabé para el quinto disco, “Sangre buena”, fue el primer disco que compuse en Salta. En ese tema transitan otros universos, es un clásico de nuestro folclore. Y uno de todos los colores que me enamoró de la provincia norteña tuvo que ver con la música del chaco salteño. Entonces, decidí sumar un poco de sus colores, sus violines tan mágicos y tan especiales y tan únicos, porque es un sororidad tan particular muy propia de una zona no hay en otro lugar un color como ese. En “Sangre buena” esta una canción “Pastora” y “Escobita de pichana”, un gato, que grabamos con el Chaqueño Palavecino. Por otra parte, éstas músicas, cuentan con arreglos y la participación muy especial de Daniel Villa, violinista del Chaqueño.
G: Además, de cantar sos multiinstrumentista
M: Tengo una formación relacionada con la percusión, aunque primer instrumento fue la batería. Y de ahí fue derivando a otros instrumentos y también estudié instrumentos armónicos, piano y guitarra, que son muy importantes a la hora de componer. Y el charango o el cuerno venezolano son otros instrumentos con los que me siento cómoda a la hora de acompañar o componer.
G: Mariana andas por el mundo, y compartiste escenario con Serrat. ¿Cómo fue ese momento?
M: Para mí, fue un sueño hecho realidad. El vino a presentar en la Argentina sus 50 años de carrera musical y en cada provincia iba llamando a algún artista local. Entonces, el productor enviaba algunas referencias y el elegía con esas sugerencias al artista invitado. Así que fui elegida y para mí fue muy lindo compartir esa posibilidad de cantar con un artista como Joan Manuel Serrat, que fue y es una figura emblemática. Muchísimas generaciones crecieron con su música.
Del folclore lírico al rock
G: Sos una música muy versátil, hasta anduviste por Japón, ¿cómo son con el folclore argentino los japoneses?
M: Muy especiales. Amantes de la música folclórica y muy estudiosos. Hay músicos que dedican su vida a la obra de Yupanqui y tocan. No podes creer lo maravilloso que es su trabajo. Ellos tienen esa cultura del trabajo que es muy admirable. Son un público especial, muy perceptivo, sensitivo y respetuoso.
G:¿Por qué crees que el público japonés recepta nuestra música de esa manera? La obra de Yupanqui ¿porque les llega tanto?
M: Primero que Atahualpa Yupanqui dejó una semilla para que las generaciones posteriores tomen su obra y continúen mostrando su trabajo allá. Y hay mucha gente que se interesó con por nuestra música folclórica. Tienen una conexión muy especial con nuestra música y creo que hay elementos en común y eso es lo que hace que la música les llegue así. Lo sienten muy especial alguna vez me dijeron que “este trabajo que estaba presentando era como una conexión entre el cielo y la tierra”.
G: ¿Cuál era el trabajo que estabas presentando?
M: En realidad no era un disco, sino todos mis discos. Como mis discos siempre se editan allá en Japón, era un popurrí de discos basado en el disco “Vallista”. Hay muchos como estructuralmente y como conceptualmente de la música andina tiene una conexión con la música oriental de hecho esta posibilidad de poder tocar con músicos japoneses siempre ellos conectan mucho con esta parte de nuestro folclore que es la parte de la música más del noroeste y de la música andina. Así que siempre es linda la posibilidad de ir a tocar un poco de nuestra cultura ya que ellos valoran mucho y aprecian, a veces mucho más que nosotros, le dan un valor a que muchas veces nosotros no podemos darle. Viajé en varias oportunidades y con cada visita el público va creciendo. Siempre termina siendo un viaje inspirador.
G: Mariana ya para despedirnos. Te invito a que le propongamos un reto a Ariel Campos, nuestro operador, quien se caracteriza por su destreza, que elijas un tema de tu repertorio y que nos cuentes porque la elegiste.
M: Escuchemos “Aguacero” del disco Vallista. En ese tema tengo la dicha de tener como invitado a Gustavo Santaolalla. Es una música que la compuse partiendo de un género que para mí ha sido fundamental en mi vida, porque apareció y me marcó a fuego, que es la copla del género del canto con caja y fue muy lindo contar con la impronta y color único de Gustavo.
G: Fue un placer tenerte en el programa.
M: Muchas gracias a vos Gonzalo y quiero agradecerle a Silvia Guzmán, tu productora, porque su trabajo fue implacable.
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