Murió el músico Leopoldo Van Cauwlaert


Una de las últimas entrevistas al músico Leopoldo Van Cauwlaert

Fue integrante del legendario grupo folclórico “Los cuatro hermanos salteños”.

Por Sil Guzmán Coraita    
                 

Leopoldo Van Cauwlaert músico y cantor salteño
 
Se fue un referente de la música folclórica de Salta. A los 69 años, el guitarrista y cantor, Leopoldo Van Cauwlaert  falleció el lunes por la madrugada en la Capital salteña. Integrante de uno de los mejores grupos folclóricos de Argentina  y de su generación. Artista de extensa carrera que se desempeñó en la función pública como  ministro de Educación. En la actualidad se encontraba al frente del Instituto Güemesiano de Salta y como presidente de la Asociación Argentina de Criadores de Caballos Peruanos.

Nació el 21 de setiembre de 1950 y con tan solo 17 años integró en 1962 el grupo Los Cuatro hermanos salteños, que se disolvió en 1969, junto a Víctor, el mayor de ellos, quien se destacaba en primera guitarra, Carlos y Arturo. Estudió Administración de Empresas en la Universidad Católica de Salta. Fue la primera voz del conjunto y se desempeñó como segunda guitarra. “Los Cuatro hermanos salteños nace en el 62, tras la disolución del grupo Los duendes de Salta donde estaban mis hermanos Carlos y Víctor, que recientemente habían grabado el mítico disco ´Cosas de duendes´”, dijo el artista durante una entrevista a  Argentina Canta Así.

Entrevista a Leopoldo Van Caewlaert
P-¿Cómo llega a ustedes la “Zamba de la Polomita”?
R- Esa zamba tan conocida llega gracias a Víctor. Estaba escrita en una colección que le hicieron llegar. Mi hermano mayor se dedicaba también a hacer la coordinación del conjunto, la dirección y la armonización. Se ocupaba de todo.

P- En la contratapa de un disco, usted cuenta, entre otras cosas, que su hobby eran los caballos y también dijo que sus ídolos eran sus padres, ¿que nos puede decir de ellos?
R-  Nos acompañaban a todos lados. Eran los glosistas, por eso eran mis ídolos. Otro ídolo es el médico sudafricano Christian Barnard. El primer médico que realizó un trasplante de corazón en el mundo.

P-  Sobre Víctor, uno de sus hermanos mayores, ¿que nos puede contar?
R- Él fue un perfeccionista siempre. Aprendió a ser director del conjunto gracias al “chango” Saravia Toledo, integrante de Los Chachareros. Estudió guitarra con María Luisa Prieto de Tuyá y con Ramos. Luego se perfeccionó con José Sutti orquestación y armonía. Eso lo llevó a ser un director inigualable y lo teníamos en casa también (dice riendo).

Leopoldo recuerda a Víctor, con nostalgia y un gran amor de hermano. “Sus arreglos vocales hacían la diferencia del conjunto. Pero  también tenía otros sueños y hobbys, le gustaban los autos y el automolivismo”, cuenta el cantor. “El era muy estricto y se peleaba siempre con Carlos y por eso mi “tata”  tenía que estar presente para que haya armonía”, agrega Van Cauwlaert.

P- Dicen que Carlos le gustaba mucho manejar, sobre todo el auto de su padre, y leer, ¿que recuerda de él?
R- Si, le gustaba leer y era un gran admirador de Hernán Figueroa Reyes, quien fue el creador musical de Los cuatro hermano salteños. Hernán nos descubrió en el primer festival Latinoamricano que se hizo en Salta, y nos invitó a participar en el festival de CBS.

P- ¿Cuántos discos grabaron?
R- Grabamos cinco discos y todos fueron muy importantes. El reportorio, muy bien elegido por mis hermanos, tenía una línea de selección que le daba coherencia al conjunto. Una línea con canciones de amor y serenata. (Mientras suenan las canciones en la radio, Leopoldo las canta en vivo en el estudio)

P- ¿Qué recuerdos le traen éstas canciones?
R- Muchos recuerdos. Las fuentes fueron tres señoras de  Salta, la “nene” Arias de Usandivaras, Terán de Saravia Toledo y Nuñez Vera. Ellas se juntaban a tocar  y cantar junto al piano. Lo hacían durante la siesta y nosotros de allí sacábamos algunos temas, como los que venimos escuchando: mexicanos, peruanos y serenatas que fueron éxitos en los Long Play (LP).

P- Y llegamos a Arturo, el más pequeño de los Van Cauwlaert, ¿cómo era?
R- No soy objetivo con Arturo. Es mi hermano de la vida, éramos muy compinches. Él tenía una capacidad para transmitir la poesía de los temas. Es la persona más importante para en mi vida. Es lo más.

P- En el 69 el conjunto se disuelve ¿por qué no continuaron?
R- Hay distintas versiones. Arturo se fue a estudiar veterinaria a Corrientes. El tema es que Arturo dice que cuando volvió quería continuar y según esa versión dice que las mujeres de sus hermanos fueron las que no le daban permiso “a éstos maricones”. (dice Leopoldo riéndose).

P- Recorrieron el país con sus canciones.
R- Muchas giras realizamos. En Róo Cuarto era donde mejor nos recibían. Ahí había un festival donde  estaban todos eran salteños. En esos años Los Chalchaleros nos designaron ahijados de ellos. Íbamos todos los años a Río Cuarto, teníamos mucho éxito y también hacíamos actuaciones en Radio Nacional Córdoba.

P- ¿Qué nos puede decir de los años 60 con el boom del folclore?
R- Una década espectacular para todo el folclore del país. Podemos hablar de Los cuatro de Córdoba, de Los Huanca Hua, de Los Tucu Tucu y al nivel local, estaban Los Fronterizos, Los Chalchaleros, el chango Nieto, Zamba Quilpidor, y claro nosotros. Había para hacer dulce. Eran conjuntos que sonaban igual en vivo como en las grabaciones. Me acuerdo que los masters que se grababan como los Long Play eran de cintas. No había cds, no existían las mezclas. Primero se hacía un master y se iba probando hasta que se hacía una prueba final. Se trabajaba sobre las cintas, de manera artesanal, y recién se hacía el disco para que salga al mercado.

P- Cada conjunto tenía su línea y eso lo caracterizó a ustedes.
R- Sí. Cada uno tenía su personalidad y  su línea de canto. De los conjuntos de la década del 60, yo los puedo distinguir perfectamente. Te puedo decir quien es el que canta porque puedo identificar su voz y su sonido.
P- A pesar de ser  tan jóvenes,  tomaron el canto y la música con responsabilidad y seriedad. Y eso se vio reflejado en su trayectoria artística..
R- Era el trabajo de todos los días, dos horas diarias. Víctor trabajaba un poco más porque era quien orquestaba las partituras y después preparaba los tonos que a cada uno le tocaba hacer. Y también estaban las giras, todos estábamos estudiando, algunos en el secundario y otros en la facultad. Yo estaba en el colegio y  me acuerdo que me perdonaban las faltas. Cuando hacíamos las giras tratábamos que  coincidan los días de las actuaciones con los días de vacaciones de invierno, y así si perdíamos días de clases eran lo menos posible. Por otra parte, teníamos dos consignas por parte de mis padres: primero el estudio y después el canto y la otra era que si lo íbamos a hacer lo hagamos bien.

P- ¿Era fácil la convivencia entre hermanos?
R- No había problemas. Los que peleaban eran Víctor y Carlos, ellos tenían problemas y para eso estaba mi tata que ponía disciplina. Los más chicos nos lavábamos las manos.

P- Para grabar se separaban en dúos ¿cómo era eso?
R- Nos separábamos en dos dúos. Grabábamos separados por una mampostería de vidrio, no podíamos oírnos por eso coordinábamos con la mirada. No era nada fácil pero de esa manera salía prolijo. Nos conocíamos mucho, entonces, podíamos frasear de acuerdo a lo ensayado.

P- ¿Qué mensaje le quiere dejar a la audiencia salteña?
R-  De verdad vengo a llenar el espacio del programa siguiente de Germán Salomón -dice riendo-. Ahora hablando en serio quiero decirles gracias por todo a quienes han escuchado a Los cuatro hermanos salteños.








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